A lo mejor te suena la frase “every company is a
media company”, que se atribuye a Tom Forenski. En efecto, instituciones y marcas difunden sus propios
medios (own media), que se suman a
los “earned media” (presencia en
blogs, medios sociales) y a los espacios publicitarios que pueden pagar (paid media).
Andy Bull analiza en Brand Journalism (Routledge, London/New York 2013, 277 páginas) las claves de esta “disciplina” que surge como forma híbrida de periodismo, marketing y relaciones públicas. Bull sabe que existe un debate profesional y académico vivo sobre las técnicas y límites de este conjunto de prácticas profesionales de nuevo cuño que algunos agrupan también bajo las etiquetas branded content o native advertising. Por eso, el autor ha optado por reunir 97 casos de cómo marcas e instituciones pequeñas y grandes, comerciales y sin ánimo de lucro emplean técnicas de “periodismo” de marca. Entre ellos destaca el análisis de un caso paradigmático: Red Bull.
Andy Bull analiza en Brand Journalism (Routledge, London/New York 2013, 277 páginas) las claves de esta “disciplina” que surge como forma híbrida de periodismo, marketing y relaciones públicas. Bull sabe que existe un debate profesional y académico vivo sobre las técnicas y límites de este conjunto de prácticas profesionales de nuevo cuño que algunos agrupan también bajo las etiquetas branded content o native advertising. Por eso, el autor ha optado por reunir 97 casos de cómo marcas e instituciones pequeñas y grandes, comerciales y sin ánimo de lucro emplean técnicas de “periodismo” de marca. Entre ellos destaca el análisis de un caso paradigmático: Red Bull.
La evolución de la industria de los medios hace que cada día
más periodistas y otros comunicadores tengan su empleo en empresas e instituciones. Su creatividad y
capacidad narrativa les hace especialmente aptos para trabajar en algo que comparten
el buen periodismo, la ficción, las relaciones públicas y el marketing: la necesidad de conexión
con las audiencias. Marcas e instituciones necesitan también buenos
escritores y expertos en vídeo para sus sitios web, blogs y medios sociales.
Estamos hablando de una disciplina todavía incipiente y con fronteras éticas difusas, que conviene seguir aclarando. El libro de
Andy Bull es un buen punto de partida.
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