Como recordó Leonardo Polo, todas las empresas producen algo. Si producen poco o mal, las cosas no marchan. Los organigramas y directivos pueden ser adecuados, pero la clave está en quienes hacen los contenidos. Sin el talento que elabora "productos" excelentes, las empresas acaban hundiéndose, por bien organizadas que estén.
Hay otra forma de dirigir empresas creativas: la que no se centra en hacerlas más grandes y complejas, sino en cuidar los contenidos memorables y proteger a las personas que pueden hacerlos. Empresas donde fluye la vida, el talento y la creatividad. Empresas flexibles, con más cultura y densidad humana que control, estructura y jerarquía. Las empresas que están dotadas para el cambio.
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