En opinión de Puttnam, no podemos ser negligentes en lo que tiene que ver con la salud de la sociedad (problema típico en “la lógica del todo vale” de los contenidos sensacionalistas de todos los medios): “It has to be possible to balance freedom of expression with wider moral and social responsibilities”, dice.
Para que política y medios funcionen, resulta necesario que mujeres y hombres razonables se dediquen a debatir cuestiones complejas en un clima de diálogo y comprensión mutua. Si no, nunca tendremos una sociedad.
Son ideales que pueden parecer elevados, pero es que las profesiones de la comunicación (y el noble arte de la política) lo son.
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