Por eso, a la hora de pensar en la comunicación de la marca o institución conviene centrarse en la calidad del discurso, en la profundidad de las ideas, que tienen que tener la potencia necesaria para mover voluntades y suscitar entusiasmo (dentro y fuera de la organización). Las grandes marcas e instituciones destacan por sus ideas, que las diferencian de otras mucho más que los productos que venden o los servicios que ofrecen.
Medios, canales, vehículos y plataformas son importantes (hoy, además, pueden ser parte de la narrativa de algunas marcas e instituciones). Pero todas las marcas e instituciones tienen medios a su alcance. Lo que a algunas les puede faltar son ideas. Por eso, conviene dedicar tiempo a pensar despacio y centrar la atención de toda la organización en esos principios esenciales (muy pocos) que sirven para alinear el trabajo de comunicación y configuran la identidad. La comunicación no es cuestión de medios. Si tienes una gran idea, encontrarás los medios para difundirla.
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