Sorprendentemente, casi nadie cumple las normas: seguimos quejándonos sobre las reuniones, pero seguimos convocándolas y dirigiéndolas igual de mal. Para Askhenas, en el fondo nos gustan las reuniones. Hay motivos. Reunirse fomenta la interacción social: a nadie la gusta trabajar solo y todos quieren ser parte de una comunidad. Nos mantenemos informados, recibiendo noticias sobre otras áreas de la organización. Con frecuencia, las reuniones aportan "status", porque pensamos que se valora nuestra opinión y tomamos parte en las decisiones.
Las reuniones siempre vuelven...Quejarnos de que son demasiadas e improductivas no mejorará las cosas. Para seguir pensando.
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http://blogs.hbr.org/ashkenas/2010/10/why-we-secretly-love-meetings.html
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