El 13 de enero nos preguntábamos en el
blog si tiene sentido gastar tres millones de dólares en el Super Bowl. Jeremy Mullman defiende que sí en
Advertising Age (26 de enero). En su opinión, incluso en tiempo de crisis, los spots en el Super Bowl compensan su precio por el tráfico que consiguen en Internet, la notoriedad y las ventas que generan. Mullman cita anunciantes como Hyundai, Budweiser o Pepsi como ejemplos. Los eventos deportivos seguirán cautivando a algunas marcas.
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