Un problema típico de los que tienen ideas interesantes es que sus jefes no las "compran".
Hay personas creativas e innovadoras que son incapaces de convencer a sus directivos. Tienden a pensar (equivocadamente) que las buenas ideas se impondrán por sí mismas. Verdaderamente es una pena que tantas propuestas valiosas "mueran" porque los jefes no las comprenden o ni siquiera las escuchan.
Hay personas creativas e innovadoras que son incapaces de convencer a sus directivos. Tienden a pensar (equivocadamente) que las buenas ideas se impondrán por sí mismas. Verdaderamente es una pena que tantas propuestas valiosas "mueran" porque los jefes no las comprenden o ni siquiera las escuchan.
La solución pasa por tener a favor a los jefes antes. No se trata de "vender" ideas innovadoras. Podrías tener éxito alguna vez, pero con frecuencia los resultados depende de cuestiones que no tienen nada que ver con el mérito de tu idea (el estado de ánimo de tu jefe, por ejemplo).
La atención de los jefes es precaria: tienen muchas cosas que hacer, y muchos les "cuentan historias", o les piden favores. Por eso, captar su interés no es fácil. La interacción con los directivos debe empezar antes, involucrándoles, manteniéndoles al día, diseñando con ellos el proceso de innovación.
La atención de los jefes es precaria: tienen muchas cosas que hacer, y muchos les "cuentan historias", o les piden favores. Por eso, captar su interés no es fácil. La interacción con los directivos debe empezar antes, involucrándoles, manteniéndoles al día, diseñando con ellos el proceso de innovación.
No olvides que tú eres el que tienes que convencerles. Las buenas ideas no se imponen por sí solas.
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