10 febrero 2011

No discutas, por favor

Peter Bregman escribe sobre la inutilidad de las discusiones. Cuando se discute, se pretende estar escuchando, pero en realidad se busca la debilidad de los argumentos de los demás y se reafirma el propio punto de vista. Además, las discusiones se convierten en cuestión personal y sirven para alejarnos de las personas. De este modo se hace imposible convencerlas.
Sólo hay una solución: dejar de discutir, evitar los enfrentamientos. Si te muestras apasionado y vehemente es un indicio de que tienes que repensar tus argumentos.
Para Bregman la mejor defensa posible es escuchar, una actividad que tiene el efecto contrario a la discusión: abrir las mentes. Porque escuchar, no discutir, es el mejor modo de cambiar perspectivas (incluyendo la propia).
MÁS EN:
http://blogs.hbr.org/bregman/2011/02/arguing-is-pointless.html

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