Sólo hay una solución: dejar de discutir, evitar los enfrentamientos. Si te muestras apasionado y vehemente es un indicio de que tienes que repensar tus argumentos.
Para Bregman la mejor defensa posible es escuchar, una actividad que tiene el efecto contrario a la discusión: abrir las mentes. Porque escuchar, no discutir, es el mejor modo de cambiar perspectivas (incluyendo la propia).
MÁS EN:
http://blogs.hbr.org/bregman/2011/02/arguing-is-pointless.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario