28 febrero 2014

El mito de la cuota de mercado


Ver los competidores como "enemigos" es una manera antigua de entender los mercados (y, en general, la sociedad). Los mercados no son juegos de suma cero: ser mejor es lograr que otros también lo sean. Por eso, el mito de la cuota de mercado está cada vez más en entredicho.
Hay personas, marcas e instituciones que, con ideas innovadoras e ideales transformadores, crean espacios nuevos ("océanos azules", como explicaron Chan Kim y Maubourgne en Blue Ocean Strategy) y cambian las reglas del juego, saliendo de la lógica empobrecedora del "nicho de mercado".
Los grandes marcas saben preocuparse generosamente de que su sector crezca y sea mejor. Plantean escenarios abiertos y positivos, que son buenos para todos; solucionan problemas y aportan conocimiento; "abren las ventanas" y descubren horizontes. Se interesan por qué hacen los demás, pero se preocupan más por mejorar la calidad de las propias ideas y productos.
El pensamiento basado en el beneficio a corto plazo y la "eliminación" de los competidores, empequeñece y termina llevando a todos a la ruina. Porque al final, en el mundo de la cuota de mercado y la "competencia salvaje", todos pierden.

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