A veces, los profesionales de los recursos humanos se asombran del escaso dominio del idioma que tienen los que piden trabajo y de la baja calidad de sus textos. Los errores en las palabras salen muy caros. Algunos consideran que una errata puede suponer la pérdida de hasta la mitad de los ingresos.Pese a las prisas y la inmediatez que con frecuencia existen en entornos digitales, los buenos textos siguen pidiendo cuidado, repaso y paciencia. La edición cuidadosa refleja tu respeto a colegas y lectores, y tu afán por cuidar la calidad del producto. Todos los que escribimos tenemos erratas, pero con tenacidad y constancia podemos reducirlas al máximo. La audiencia (y la calidad de nuestro pensamiento) lo agradecerán.
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