Un empresario inesperadamente rico, con un producto sorprendentemente exitoso, es Robert Croak, el fundador de Silly Bandz: las famosas gomas elásticas de distintas formas y colores que se han puesto de moda en la mayor parte de los países del mundo. A partir de una idea aparentemente ridícula, en el primer año de lanzamiento llegó a vender más de 1 millón de paquetes a la semana, sólo en los Estados Unidos.
Muchos piensan que su éxito ha sido simplemente una cuestión de suerte, pero Croak piensa que le ha llevado más de 20 años llegar a esto, y ve su vida, por el contrario, como una historia de fracasos en la que al final le sale algo bien. Aunque en este caso, le ha salido remarcadamente bien.
Sucede con frecuencia; a veces tachamos los éxitos de suerte, cuando la realidad es que suelen ser consecuencia de un poco de fortuna y bastante esfuerzo; y, con frecuencia, vienen precedidos de un montón de fracasos.
Quienes tienen éxito no son sólo los afortunados sino los aquellos capaces de sostener el esfuerzo, rehacerse ante los reveses, someterse a la presión del fracaso o los imprevistos y, finalmente... dar con algo que funciona. El mismo Croak nos lo cuenta en el último número de la revista Inc. Ilustrativo y, al mismo tiempo, muy esperanzador.
Me hizo recordar a Pet Sampras, que ante la pregunta de un periodista: "¿Siempre te acompaña la suerte del campeón?", responde: "Si, y me doy cuenta que mientras más entreno más suerte tengo". Sin duda, para tener éxito hay que trabajar duro y tambien tener fracasos y derrotas de los cuales aprender.
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