Unas semanas después de la tragedia de Japón, puede ser buen momento para reflexionar sobre el papel que han jugado los medios sociales en la crisis, para valorar sus aportaciones y, también, sus efectos negativos.
La realidad es que, desde el principio, los socialmedia jugaron un papel clave a la hora de transmitir información, ayudar a las víctimas, situar los puestos de apoyo... con la ayuda de Facebook, Mixi (la red social más popular en Japón), Twitter, Google Maps y la imaginación de la gente. También como elemento para transmitir solidaridad y mejorar los ánimos, como se ha visto en el caso de prayforjapan.jp.
Pero pronto se fueron transformando en fuente generación de rumores destructivos, que poco ayudada a aclarar las cosas o a elevar la moral de los ciudadanos.
Como relataba hace unos días Johny Shaw, partner de Naked Tokyo, "False rumors and misinformation perpetuated by social media included poison rain, clouds of radioactive dust swarming Tokyo, and even the death of the creator of the Pokemon Franchise, Tadashi Tajiri".
La espontaneidad y la accesibilidad de los socialmedia pide también aprender a gestionar los rumores, conseguir identificar fuente fiables de información, y aprender a navegar en un mundo saturado de datos y mensajes.
Las nuevas tecnologías presentan un nuevo reto: hacer de los medios sociales una herramienta útil, positiva, constructiva y fiable, para saber qué es real en un mundo sobresaturado de ruidos, noticias y rumores.
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