El pasado 23 de abril, día del libro, ha sido ocasión para impulsar las ventas y, también, para reflexionar sobre el futuro de editoriales, libreros y librerías, en un contexto marcado el aumento de títulos, la bajada de las ventas y la paulatina llegada del libro electrónico, impulsada por la llegada de Amazon a España, prevista para el septiembre de 2011.
La mayoría de los periódicos publicaban estos días reflexiones, predicciones y comentarios sobre el futuro del sector editorial, necesitado de renovación pero que, sin duda, puede salir reforzado de esta crisis sin precedentes. Es poco probable que el libro desaparezca, ni siquiera sus ediciones en papel; tampoco parece que los editores tengan sus días contados.
Pero sí que se intuyen nuevas formas de negocio, posibles asociaciones, la necesidad de integrar los ebook en el trabajo de los libreros, formatos alternativos, ediciones multimedia, colaboración con las redes sociales, nuevos modos de compartir libros y recomendaciones... y algunas otras formas de hacer que todavía se lea más, y que los libros estén más presentes que nunca en nuestras vidas. De hecho, nunca se había leído tanto como ahora; y el futuro no ha hecho más que comenzar.
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