Los lectores ya saben que en este blog tendemos a ser más bien
optimistas...Pero tenemos razones bien fundadas, avaladas por cada vez más expertos. Uno de ellos es Tony Schwartz, a quién seguimos con frecuencia. Schwartz explica en este post en
Harvard Business Review que su socio le abandonó y eso produjo una crisis en su empresa, que parecía marchar muy bien. En lugar de ver la botella medio vacía, se dedicó a
cultivar activamente su optimismo.
Los efectos destructivos del miedo, el resentimiento o la duda en la carrera profesional son ya bien conocidos por los investigadores. En cambio, los optimistas tienen más energía y recursos para progresar. Diez años después, Schwartz dice que perder su trabajo es lo mejor que le pudo pasar. Eso sí, con la actitud adecuada...
MÁS EN:
http://blogs.hbr.org/schwartz/2011/04/how-i-became-an-optimist.html
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