Al contrario de lo que sucede en la casi todas las empresas, donde las decisiones se toman por mayoría, Mackey explica que en Whole Foods no se votan las decisiones, simplemente... se consensuan: se ponen todos de acuerdo.
Un estilo de trabajo que tienen sus detractores, que requiere mayor tiempo para tomar decisiones, pero que garantiza la involucración de todos en el proyecto: cuando se trabaja por consenso, la puesta en marcha resulta más fácil, y los problemas se solucionan con mayor celeridad, gracias una implicación y sintonía del equipo difícilmente conseguible de otro modo. Se invierte tiempo al principio, pero se ahorra en la ejecución.
Un enfoque que podría interesar a muchos.
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