24 julio 2012

La tercera revolución digital

Esta portada de The New Yorker (2012) recuerda algunos daños colaterales de la revolución digital. ¿Nos estamos convirtiendo en esclavos del iPhone o Android?
La primera revolución digital llegó cuando se generalizó el uso de Internet. Años después, entramos en la segunda: la etapa de la movilidad y el tiempo real, de la mano de tablets, smartphones y medios sociales como Facebook y Twitter. La tercera revolución digital puede llegar con el uso consciente de las tecnologías para que nos ayuden a crecer, dejando espacio al silencio, la reflexión, la contemplación y la cercanía a los demás.
Jaime Nubiola ha escrito que una universitaria le contó que la Blackberry "te aleja de los que están cerca y te acerca a los que están lejos". 
En el blog nos gustan los medios. Por eso no compartimos diagnósticos tan negativos: los soportes móviles también te acercan a los que tienes cerca. 
Sin embargo, parece indudable que vivimos tiempos de distracción constante y atención precaria. Los que están en la misma reunión o la misma clase que tú, envían mensajes descaradamente: falta el autodominio necesario para esperar. Los efectos son, a veces, demoledores. Jóvenes y mayores han dejado de escuchar. 
Otra “patología” recurrente: opinar inmediatamente sobre cualquier tema. ¿No podemos darnos un poco de tiempo para pensarlo mejor?
La revolución digital no tiene marcha atrás: vamos hacia entornos más conectados. Pero ojalá su "tercera versión" sea más consciente. Si te haces adicto a la gratificación instantánea o y te limitas a seguir el flujo incesante de las novedades, tu productividad seguirá bajando y tendrás poco que aportar. Necesitamos el regalo de tu atención (y necesitas ser capaz de atención). 

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