Nos resulta fácil criticar lo que va mal, y a veces podemos tener razón. Somos "quejicas" formidables. Si nos parece que algo no está a la altura, lo hacemos saber en seguida...Pero cuando las cosas marchan de acuerdo con lo previsto, ni nos damos cuenta de que hay gente que hace que todo vaya sobre ruedas: somos incapaces de reconocer el mérito de los demás.
Es necesario buscar la excelencia profesional y personal, pero es un error dar por supuestos el agradecimiento, la alegría y la amabilidad. Jacobson dice que padecemos GDD(Gratitude Deficit Desorder).
Dar las gracias es parte de la "revolución de la amabilidad" que queremos impulsar. Comunicar el agradecimiento es imprescindible: tenemos que hacer ver a consumidores, vendedores, colegas, amigos y familiares que nos importan. Los lugares de trabajo lo agradecerán. En dos palabras: ¡muchas gracias!
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