La medida afecta especialmente a GroupM, la unidad de medios digitales de WPP, que a partir de ahora dejara de ofrecer ese tipo de webs a sus clientes, entre los que se encuentran compañías como Ford, AT&T, Unilever y IBM.
La operación se centra de momento en los Estados Unidos, con idea de extenderla próximamente al resto de los países del mundo, donde GroupM maneja cuentas por valor de más de 6.000 millones de dólares.
Una decisión algo polémic,a ya que implica renunciar a planificar anuncios en webs muy intensas en tráfico y que aglutinan voluminosas audiencias; efectividad aparte, refleja el compromiso de apostar por valores más allá de la rentabilidad y hacer patente que, a la hora de construir compañías, los números no son lo único que importa.
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