08 abril 2011

Cuando comunicar es traducir

Uno de los principales objetivos de la comunicación es la claridad. Debemos plantearnos con frecuencia si se entiende lo que decimos. A los públicos les interesa el lenguaje común, no el lenguaje institucional, oficial, técnico y especializado en el que a veces estamos inmersos. Lo importante no sólo es qué se dice, sino qué se entiende: la incomprensión de los públicos garantiza el fracaso de la comunicación.
En un entorno de notable complejidad, se hacen necesarios "productos" que comuniquen claramente. La claridad es fruto de pensar despacio, escuchar al público y preguntarnos cómo podemos lograr traducir esas ideas (a veces complejas) para que lleguen a las personas sin traicionar su significado.
¿Cómo se puede entender esto mejor? ¿Cómo lo puedo explicar de manera más clara? Preguntas decisivas para los que trabajamos en comunicación.

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