El evento estrella de la publicidad mundial, la
Super Bowl, que este año se celebrará el 7 de febrero, se resiste a quedarse obsoleto: en entredicho por la crisis actual, el ocaso de las audiencias televisivas y el fin de la publicidad de masas, la realidad es que sigue aglutinando seguidores, tanto off-line como on-line. Una muestra más de que los eventos funcionan y de que, cuando interesan a las audiencias, las formas de sacarles partido son muchas y variadas. Y más ahora que nunca.
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