En su artículo "Design for Life?- la revista monocle hace un interesante análisis sobre el futuro incierto de muchos jóvenes diseñadores, que al terminar su carrera se enfrentan a un mercado saturado de oferta. Y es que despuntar en tiempos de crisis y con cerca de 13 millones de parados en toda Europa no lo convierte en tarea sencilla. El artículo, que entrevista a profesores de escuelas como la Royal Academy of Arts de Amberes o la Rhode Island School of Design, propone un modelo de enseñanza menos centrado en la innovación "per se", y más focalizado en dar a los estudiantes una intensa formación generalista como base para la creación de nuevas ideas. Afortunadamente, el final es esperanzador: "Las mentes creativas siempre han respondido bien a los retos. Ellos saben ver más allá, pensar de otra forma y abrazar nuevas oportunidades. De hecho, muchos de los mejores trabajos llegan en tiempos de crisis, así que quizás ahora más que nunca, el pensamiento pueda convertirse en el catalizador que logre cambiar el sistema de funcionamiento de un negocio como el diseño que, con tanta tontería, ultimamente había perdido un poco el norte".
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