La justificación de la “telebasura” era el “share” y la publicidad. Ya se sabe que es mala televisión, pero a la gente le gusta (un argumento muy poco racional, por cierto). Pero las audiencias de la televisión bajan, y los anunciantes de alejan de contenidos tóxicos para su reputación. La necesidad de replantear el negocio, en plena transición digital, se hace patente. Los malos contenidos en televisión es que pueden mejorar, pero nunca llegar a ser buenos. En la medida en que el público puede elegir más, el problema se hará más serio.
El negocio está en un momento de grandes cambios, que continuarán en los próximos meses. Los contenidos de calidad “emigran” a marchas forzadas a la televisión de pago. El vídeo online y la TDT fragmentan aún más las audiencias, que descargan contenidos a su antojo (evitando los anuncios). Ya no están atadas a las franjas horarias que imponen las cadenas, y pueden consumir "vídeo" cuando quieren, gracias a los "smartphones". La televisión que no tenga valor añadido no podrá subsistir.
Otra televisión y otra publicidad son posibles. Y cada vez más anunciantes, medios de comunicación, agencias y ciudadanos lo piensan.
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http://www.aceprensa.com/articles/un-punto-de-inflexion-para-el-modelo-de-negocio/
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