En 2014 Facebook ha cumplido 10 años: se acerca la "adolescencia" de los "social media". En esta década nos ha asombrado el potencial de los
social media para la
difusión de contenidos y el modo en que pueden acercar a las personas, construyendo verdaderas
comunidades. Instituciones y marcas han comprendido que la transparencia, la participación y la colaboración son parte de las reglas del juego, y han incorporado lo "social" a todo lo que hacen. En este sentido, se puede decir que hemos pasado de
social media a "social business". Los social media se han convertido, de alguna manera, en parte del paisaje. Ahora que ya no estamos tan
fascinados, quizá debemos hacernos preguntas tan "comprometidas" como estas:
- ¿Cómo medimos el famoso engagement?
- ¿Consiguen realmente los social media que ganemos clientes o mantengamos los que tenemos?
- ¿Nos ayudan a generar nuevo negocio?
- ¿Cuál es el "retorno" del tiempo y la atención que les dedicamos?
- ¿Nos ayudan a incrementar el valor de los productos y servicios que ofrecemos y a que los públicos paguen por ellos?
- ¿Cómo los usamos para conocer mejor a nuestros consumidores y públicos?
- ¿Nos alejan de las conversaciones que deberíamos tener offline?
En esta década hemos aprendido que los medios sociales sirven para muchas cosas, pero no para todo. No es que los
social media estén en declive. Pero toca pasar del entusiasmo y la emoción a la
evaluación.
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