La capacidad de comunicar parece ilimitada. Ahora, tenemos que velar por la calidad de lo que decimos. Disponemos de una autopista increíble, pero necesitamos aprender a conducir.
Para eso hace falta...el silencio. Necesitamos pensar qué vamos a decir. Sin reflexión no hay comunicación. En el silencio aprendemos a comunicar porque nuestras palabras adquieren sentido.
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