Delegar resulta imprescindible en el trabajo porque amplía las posibilidades de poner en marcha proyectos y llevarlos a la práctica. Pero a veces cuesta. En ocasiones, los directivos abandonan esta saludable práctica por sobrecarga de trabajo, falta de confianza en su equipo o exceso de confianza en sus propias capacidades y fuerzas. Aquí tienes 3 pistas sencillas para "repartir más juego" que propone Harvard Business Review:
1. Identifica lo que sólo tú puedes hacer. Observa tu plan de trabajo para ver qué tareas, proyectos o funciones requieren tus capacidades o tu nivel de autoridad.
2. Ordena el resto de actividades para decidir qué tareas pueden hacer bien los demás o cuáles requieren “coaching”.
3. No dejes las tareas que más te divierten incluso si las pueden hacer otros. Delegar debe incrementar tu satisfacción en el trabajo, no disminuirla.
La falta de delegación te aboca a la ineficacia (y, posiblemente, al agotamiento). Si sabemos delegar seremos más productivos, lograremos sacar adelante más proyectos…y seremos más felices. También tu empresa lo agradecerá.
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