En las elecciones catalanas de ayer hubo 92.331 votos en blanco. En 2003, había sólo 30.000. No es que falten estrategias de comunicación. Los políticos están bien provistos de asesores de imagen, y han ido desembarcando en Twitter, Facebook o YouTube. Pero comunicar es dialogar, no sólo utilizar herramientas de comunicación. Comunicar con los ciudadanos es acercarse a ellos, conocer sus problemas y resolverlos.
La falta de capacidad de los políticos para entenderse y buscar soluciones produce desencanto. Los políticos se preocupan sólo de las citas electorales. ¿Se imaginan un comercio que se preocupe de sus clientes cada cuatro años o una institución caritativa que deje de funcionar durante unos meses? Pero en la coyuntura actual, con mercados en crisis, una economía improductiva y falta de innovación, vamos a necesitar otra cosa. Nos sobran herramientas de comunicación. Hace falta participación, diálogo, consenso. Es la hora de las soluciones. ¿Quién se apunta?
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http://www.parlament2010resultats.cat/09AU/DAU09999CM_L2.htm
Desde luego, no deja de ser paradójico que en la era de la conversación, donde empresas e instituciones se apresuran a mantener una conversación activa con sus públicos, preguntarles qué piensan, escucharles, mediar la reputación... la política se siga guiando por las reglas de hace casi 100 años. Tarde o temprano, la revolución de los medios sociales llegará a la clase política, y a la participación más directa de los ciudadanos en la toma de decisiones. O, al menos, eso parece.
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