La falta de capacidad de los políticos para entenderse y buscar soluciones produce desencanto. Los políticos se preocupan sólo de las citas electorales. ¿Se imaginan un comercio que se preocupe de sus clientes cada cuatro años o una institución caritativa que deje de funcionar durante unos meses? Pero en la coyuntura actual, con mercados en crisis, una economía improductiva y falta de innovación, vamos a necesitar otra cosa. Nos sobran herramientas de comunicación. Hace falta participación, diálogo, consenso. Es la hora de las soluciones. ¿Quién se apunta?
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http://www.parlament2010resultats.cat/09AU/DAU09999CM_L2.htm
Desde luego, no deja de ser paradójico que en la era de la conversación, donde empresas e instituciones se apresuran a mantener una conversación activa con sus públicos, preguntarles qué piensan, escucharles, mediar la reputación... la política se siga guiando por las reglas de hace casi 100 años. Tarde o temprano, la revolución de los medios sociales llegará a la clase política, y a la participación más directa de los ciudadanos en la toma de decisiones. O, al menos, eso parece.
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