Tras el estruendoso declive de la venta de Cds, las discográficas se centran ahora en los festivales de verano, un nuevo negocio que se ha convertido en la "niña bonita" de compañías discográficas, grandes anunciantes y ciudades de acogida. España vive en estos momentos un auténtico
boom, surgido a partir de este formato de ocio que combina música, fiesta y evasión. En palabras de Domingo Soriano, "para las grandes compañías es difícil encontrar una publicidad mejor que la que supone un concierto de este tipo, que además les permite reunir a 50.000 potenciales consumidores en un recinto cerrado durante cuatro días, en los que son bombardeados con campañas promocionales de todo tipo". Un negocio que muestra la tendencia a la convivialidad en nuestro país, y la mezcla inteligente de ocio, negocio y publicidad.
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http://www.elmundo.es/especiales/2008/07/cultura/festivales_verano/
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