Michelle Stacy destaca en HBR el ejemplo de Google, que apuesta por proyectos como Google Glass o experimenta con coches que conducen solos. Son ideas que hacen reír a la competencia y despiertan a sus críticos. Sin embargo, el gigante de Mountain View sabe que esos experimentos ayudan a aprender e innovar, incrementando el abanico de opciones y productos que pueden desarrollarse para crecer y mejorar. También sirven para estar cerca de los públicos y establecer nuevas relaciones con ellos.
Los innovadores saben preguntarse "¿y por qué no?". Se dan cuenta que el camino para las grandes transformaciones sociales y de los mercados pasa por centrarse más en las posibilidades que se abren que en el beneficio inmediato. Hay empresas e instituciones líderes que dejan de serlo por no entenderlo.
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