Hace ya algún tiempo atrás escribí un pequeño post sobre el Nowism,
cuando lo único que importa es el ahora. El impulso de vivir en el
momento es especialmente fuerte entre los nativos digitales.
Precisamente este afán de vivir en el presente puede ser uno de
múltiples factores que exlique el éxito de Snapchat. Estamos ante una
aplicación de mensajería instántanea de imágenes y videos cortos que,
desde su aparición en septiembre de 2011, se está convirtiendo a pasos
agigantados en el nuevo boom social de los adolescentes.
Para aquellos que todavía no habéis óido hablar de Snapchat, estamos
ante una aplicación parecida a Whatsapp, pero con una función muy
particular: los mensajes tienen fecha de caducidad. Al enviar un mensaje
(principalmente imágenes) se puede seleccionar su duración de vida: de 1
a 10 segundos. Después de este tiempo establecido el mensaje se borra
de la aplicación. Por lo tanto, el valor de las fotos enviadas está principlamente
en que son muy efímeras y que se disfrutan en un instante.
A pesar de que los mensajes se "autodestruyen", conviene no ignorar sus peligros. Si se tienen buenos reflejos
siempre existe la posibilidad de
hacer una captura de la imagen antes de que desaparezca el mensaje. Este
hecho debería invitar a los usuarios a ser prudentes con lo que envíen.
Para los adolescentes de EEUU y Reino Unido Snapchat
se ha convertido en el modo más rápido y divertido de compartir un
momento. Tan grande es la notoriedad que ha alcanzado esta aplicación
que el mismísimo Mark Zuckerberg, fundador y CEO de Facebook, parece no
quitarle el ojo de encima. En los últimos meses ha lanzado ya varias
ofertas de compra -la última oferta asciende a la fríolera de 3.000 millones de dólares, pero también ha sido rechazado por sus fundadores- en un intento de volver a
conectar con un público mas jóven. El tiempo dirá si finalmente podrá
hacerse con los servicios de esta aplicación.
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el-secreto-de-snapchat-la-aplicacion-movil-que-obsesiona-facebook
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