Hace pocos días, gracias a la invitación de un buen amigo, tuve la suerte de comer en la cocina de uno de los mejores restaurantes del mundo, Arzak, en San Sebastian.
Comer en Arzak es una delicia, pero comer en la cocina se convierte en todo un espectáculo. Creatividad en estado puro.
Ver a todo el equipo en danza, con Juan Mari y su hija Elena a la cabeza; dejarte sorprender por los platos, la presentación, la organización... se convierte en una experiencia que no tiene precio. Muy creativa en esencia y muy creativa en ejecución: porque no es fácil conjugar tanta arte, con tan esmerado cuidado en la logística, cuidando cada detalle.
Sorprendido por el espectáculo, le preguntamos a Juan Mari por el secreto de su creatividad y, con el estilo campechano que le caracteriza, nos dijo: "lo importante es no perder la capacidad de sorprenderse". Al mismo tiempo que nos explicaba como él aprende de todo, de la gente que le rodea, de los que trabajan con él, de sus visitas al mercado...
Una extraordinaria experiencia, con una bonita lección, que bien puede servir a cualquiera que se dedique o se quiera dedicar a la creatividad.
Os dejo con ella y con un pequeño vídeo de Juan Mari Arzak, junto con el enlace a la noticia donde nombra a Elena, su hija, mejor chef del mundo del año 2012.
MÁS EN:
http://www.theguardian.com/lifeandstyle/2012/aug/19/elena-arzak-basque-chef
http://www.arzak.info/index.html
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