Como los lectores ya saben, Lance Armstrong ha reconocido doparse en la entrevista con Oprah Winfrey, que nos recuerda que "las mentiras tienen las patas muy cortas". Armstrong había negado durante años lo que ahora reconoce.
Este caso ha afectado a un favorito de los sponsors (Nike, Oakley, Anheuser-Busch, Trek) y a la fundación para luchar contra el cáncer que desarrolló (Livestrong, la de la pulsera amarilla).
El "caso Armstrong" pone de relieve los problemas de la asociación de los famosos con las marcas en este mundo transparente, globalizado y de reacciones inmediatas. Resulta interesante compararlo con los problemas de Tiger Woods en 2009. En esa ocasión, Nike siguió patrocinando al deportista afectado, aunque otros sponsors le abandonaron. Después de apoyar inicialmente al ciclista tejano, Nike ha retirado ahora su confianza, "ante la evidencia aparentemente insoslayable de que Lance Armstrong se dopó y engañó a Nike durante más de una década". Al final, Armstrong ha tenido que dejar también la presidencia de Livestrong. Atrás quedan campañas tan valiosas como "Chalkbot" (ver vídeo).
Mientras tanto, hay una cosa que sigue estando clara: decir la verdad es la mejor "estrategia" de comunicación.
MÁS EN:
http://blogs.hbr.org/cs/2013/01/the_flawed_art_of_lance_armstr.html
http://adage.com/article/media/lance-armstrong-blew-chance-experts/239295/
http://adage.com/article/news/implosion-lance-armstrong-s-endorsement-empire/237854/
http://adage.com/article/news/armstrong-loses-tour-titles-a-back-ads/236858/
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