El éxito de Google se ha asociado siempre a los nombres de sus dos fundadores, Larry Page y Sergey Brin; a su genialidad para dar con un motor de búsqueda, fácil, fiable y omnicomprensivo.
Pero desde el punto de vista empresarial, el hombre clave de Google es un personaje mucho menos conocido: Omid Kordestani, un ingeniero iranoamericano, de 50 años, que desarrolló el plan de negocio de Google y diseñó los mecanismos para ganar dinero con el buscador, gracias a los enlaces patrocinados y a la compra de palabras clave.
Kordestani, un hombre discreto, poco hablador, ingeniero de profesión, procedente de Netscape, jugó el necesario papel de complemento a la genialidad de los fundadores, para convertir Google en un producto rentable. Algo, dicho sea de paso, tampoco exento de genialidad.
Un cometido similar al que ha jugado estos últimos años Sheryl Sandberg en Facebook y que, de nuevo, ha transformado la conocida red social en una máquina de hacer dinero (Sandberg, por cierto, procedía de Google, donde había trabajado con Kordestani).
Porque tener ideas es una cosa y, ganar dinero con ellas otra cosa muy distinta.
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http://en.wikipedia.org/wiki/Omid_Kordestani
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