Peter Bregman escribe sobre la inutilidad de las discusiones. Cuando se discute, se pretende estar escuchando, pero en realidad se busca la debilidad de los argumentos de los demás y se reafirma el propio punto de vista. Además, las discusiones se convierten en cuestión personal y sirven para alejarnos de las personas. De este modo se hace imposible convencerlas.
Sólo hay una solución: dejar de discutir, evitar los enfrentamientos. Si te muestras apasionado y vehemente es un indicio de que tienes que repensar tus argumentos.
Para Bregman la mejor defensa posible es escuchar, una actividad que tiene el efecto contrario a la discusión: abrir las mentes. Porque escuchar, no discutir, es el mejor modo de cambiar perspectivas (incluyendo la propia).
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http://blogs.hbr.org/bregman/2011/02/arguing-is-pointless.html
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