La recompensa por exagerar las amenazas parece difícil de resistir. Los titulares alarmistas generan interés, ratings y páginas vistas. Por eso, escritores, comentaristas, políticos y bloggers se apuntan al apocalipsis y el colapso inminente...
Algunas crisis son reales, pero sería mejor responder a las situaciones de alarma de manera ecuánime y reflexiva, evitando el pánico. Nos conviene pararnos a pensar.
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http://www.economist.com/blogs/democracyinamerica/2010/11/crisis_and_media
Quico, buenísimo este post: es un de los eternos dilemas, si comunicar contribuye a solucionar los problemas o sobredimensionarlos. Aunque parece que en estos casos hay materia para la alarma, la búsqueda de visitas y audiencias no facilita la ecuanimidad...
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